Desgraciadamente ayer nos desayunábamos con la desaparición en pleno vuelo de un avión de Air France que comunicaba Río de Janeiro con Paris.
Todo nos hace temer lo peor: que el avión se ha estrellado y que los pasajeros desaparecidos en breve comenzarán a convertirse en víctimas mortales.
El avión partió a las 19:00 desde la capital de Brasil y se produjo su último contacto por radio a las 3:33 hora española. La siguiente información que tenemos del aparato es a las 4:14 a través de una serie de alertas automáticas que informaban de una avería eléctrica. Instantes después el aparato desaparecía de los radares.
¿Qué pudo suceder?
Hasta el momento se barajan 3 hipótesis.
La primera afirma que fuertes turbulencias podrían haber provocado la caída del avión. Esta hipótesis se maneja como la más plausible ya que efectivamente el parte meteorológico de Londres proporcionaba datos en esta dirección al señalar que se preveía “turbulencias severas y granizo” en la trayectoria del avión.
Además en la zona ecuatorial convergen los vientos tropicales alcanzando velocidades de más de 200km/hora.
Otra hipótesis propone un atentado terrorista: algún individuo con una pequeña carga explosiva podría haber creado un agujero que provocara la despresurización del aparato. Sin necesidad de hacer estallar el avión, la despresurización podría haber acabado con la vida de todos los ocupantes.
¿Qué es esto de la despresurización? Para ver la importancia que tiene recordemos como respiramos. Nuestro sistema respiratorio es capaz de absorber aire porque la Presión atmosférica que nos rodea es ligeramente superior a la Presión del aire en el interior de nuestros pulmones. De tal forma que los músculos intercostales y el diafragma, únicamente tienen que expandir levemente la caja torácica para que el aire entre sin más en su interior.
Pero el avión de Air France volaba a unos 35000 pies (más de 10 kilómetros) y allí la Presión atmosférica es 4 veces menor que a nivel del mar. A esto le tenemos que sumar la disminución de oxigeno que hay conforme ascendemos.
Por esta razón los aviones están presurizados y cuentan con una fuente de oxigeno ajena a la atmosférica.
Si falla la presurización, en el mejor de los casos, sentiremos hipoxia (nuestros pulmones se vacían de aire al ser su presión interna superior a la presión externa y en cuestión de 30 segundos perderemos el conocimiento) y congelación por las bajas temperaturas de la atmósfera circundante y por la expansión rápida de los gases del aparato.
En el peor de los casos, si se produce una despresurización rápida o explosiva además de que lo anterior se produce a mucha mayor velocidad tenemos que sumar el desgarro de tímpanos por la brusca diferencia de presión e incluso el desgarro pulmonar y el efecto de “succión hacia el exterior” que se produciría en el orificio por el cual está escapándose el aire.
La tercera hipótesis apunta a que un rayo alcanzó el avión en pleno vuelo provocando un cortocircuito general. Es muy raro que sucediera esto ya que el avión actúa a modo de Jaula de Faraday. ¿Y que es esto? Bueno, una Jaula de Faraday es un recubrimiento metálico que aísla de campos electromagnéticos, de tal manera que ninguna corriente electromagnética puede llegar a su interior y, a la inversa, ninguna corriente puede salir de su interior. Esto provoca que en el caso de los aviones la descarga eléctrica del rayo impacte en el morro (coincidiendo con el radar meteorológico), atraviese el exterior del avión (Jaula de Faraday) y se descargue por la parte de la cola que es donde están ubicados los descargadores de estática. Los pasajeros apenas notarían un breve chasquido y un fogonazo y los controles y el aparataje eléctrico del avión no se vería afectado excepción hecha del radar que hemos mencionado.
De la misma manera es recomendable permanecer dentro del coche durante una tormenta ya que si cae un rayo la propia carrocería hará las veces de Jaula de Faraday. Aquí el problema viene con las ruedas. Al ser aislantes impiden que el metal se descargue y si, al salir del coche, tocamos la chapa y el suelo, es bastante razonable suponer que quedemos bastante maltrechos.
Me temo que será complejo determinar cuales fueron las causas ya que en la extensísima zona en la que se está buscando el avión el océano tiene unos 3 kilómetros de profundidad y las cajas negras tan solo permanecen activan durante 30 días.
En el avión viajaban 228 personas que hasta el momento permanecen desaparecidas.
Filed under: Articulosis | Leave a comment »