Randy Pausch es un tipo corriente. Tan corriente como cualquiera de nosotros. Está felizmente casado y tiene 3 hijos pequeños, un trabajo en Disney que le apasiona y una vida estable. Pero Randy Pausch tiene algo más: un cáncer de páncreas que ha metastatizado al hígado transformandose en 12 tumores intratables.
En su caso particular, de nada han servido la radioterapia, la quimioterapia y la cirugía. Los médicos le han dicho que se vaya a casa, que disfrute de los días que le quedan por aquí y ate esos cabos que todos, en algún momento, deberemos atar.
Randy ha decidido que su tiempo, el que le queda, sirva para algo más y se dedica a contar su caso y a intentar extraer una serie de conclusiones, de lecciones, de lo que ha sido su vida, de lo que puede ser perfectamente la vida de cada uno de nosotros.
Habla sobre su infancia, sobre la importancia de la educación, de sus padres, de la alegría de los hijos, de los sueños que logró y de los que se le quedaron por el camino, de la relatividad de todo, de dónde ponemos nuestros sentimientos, de lo que es importante y de lo que no.
Son sólo 10 minutos de monólogo en el programa de Oprah, aquí la podeis ver entera.
En un país como el nuestro, en el que mueren 100000 personas de cáncer al año, con un porcentaje de supervivencia próximo al 50%, y en el que 1 de cada 3 hombres y 1 de cada 4 mujeres padecerán la enfermedad al menos una vez en su vida, es importante que escuchemos mensajes como el de Randy.
No perdáis la esperanza. Mucha suerte a todos aquellos que desgraciadamente se topen con esta enfermedad.
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